El atraso y el primitivismo de la mentalidad empresarial española ponen en evidencia una y otra vez que el concepto de democracia aún no ha llegado a sus estructuras organizativas. Algunos de los bajos, medios y altos mandos de nuestro país hacen gala de unos métodos de trabajo que se asemejan más a una concepción medieval del trabajo que a las modernas y posmodernas técnicas de liderazgo, basados en la coordinación y cooperación en red de los equipos de trabajo.
Es lo que sucede en la empresa Ferroser, subcontrata de RENFE, en el que existe un caso de acoso laboral sobre la plantilla de trabajadores de la Sala de Embarque del AVE en Atocha (Madrid). Dos de los mandos que coordinan los equipos del AVE han acumulado en poco tiempo cuatro denuncias, todas ellas de trabajador@s que declaran haber sufrido acoso laboral por parte de sus jefas. Y es que en la Sala de Embarque del Ave estas dos personas ejercen su liderazgo a la antigua usanza, es decir, de modo autoritario, utilizando un lenguaje amenazante y una actitud agresiva hacia las azafatas que tienen a su cargo.
Jefa y encargada, según las denunciantes, ejercen su liderazgo de manera despótica y arbitraria, y en ocasiones hostigan a sus empleadas y empleados, “te pillan desprevenida, te acorralan en sitios cerrados, y comienzan a humillarte a base de gritos, con una actitud tan despreciativa que te deja bloqueada, sin medios para defenderte de manera asertiva”. Su otro modus operandi es, al parecer, ejercer la humillación pública de la trabajadora ante sus compañer@s, lo cual tiene una doble utilidad: sirve para degradar a la trabajadora y mostrarle a las demás lo que las puede pasar si caen en desgracia, es decir, si no muestran una actitud sumisa y colaboradora con las autoridades.
La falta de técnicas asertivas por parte de los cuadros de mando en las empresas indigna cada vez más a los trabajadores, que saben que pueden exigir un trato correcto por parte de cualquier persona, ejerza el cargo que ejerza. Much@s de ell@s olvidan en la cúspide los aspectos más elementales de la buena educación y el respeto a las personas, y algun@s incurren en conductas de corte más medieval que posmoderno: gritos, amenazas, insultos, gestos de desprecio, comentarios humillantes…
C.N.T han denunciado las condiciones laborales de sus trabajadoras: sueldos mileuristas, (si llegan, porque no pagan el plus de idiomas desde hace tiempo), falta de instalaciones para empleados (baños y vestuarios), la pereza manifiesta de la empresa a la hora de cumplir el convenio en cuanto a los días libres que les corresponden… A todo ello se suma la sobrecarga de trabajo derivada de una carencia de personal, porque puestos a ahorrar, las empresas lo primero en lo que piensan es en el factor humano, recortando gastos de las personas que sostienen la empresa. A pesar de ello, nosotros creemos que estos recortes no son rentables, porque la carencia de personal hace que proliferen las bajas por estrés en su plantilla y abunden las reclamaciones de viajeras y viajeros que no se sienten bien atendidos.
Ante las denuncias presentadas, los días 8 y 10 de Febrero el Inspector de Trabajo visitó Puerta de Atocha-Servicio de Atención al cliente AVE-LD, y se vio obligado a tomar las tomar las siguientes medidas de requerimiento;
1-Organizar la recepción de quejas del personal y de los representantes legales de las trabajadoras de forma que sean estudiadas y atendidas de forma diligente.
2-Que la empresa se abstenga en un futuro de utilizar los cambios de puesto como medida sancionadora.
3-Necesidad de establecer un protocolo negociado por representación legal de los trabajadores para prevenir las situaciones de acoso sexual o razón de sexo, así como acoso por cualquier otro motivo.
El 8 de Marzo, la empresa Ferroser ha felicitado el día de la mujer trabajadora a la compañera Ana López, azafata de tierra en el AVE, con una carta de despido. Creemos que esta decisión es un castigo hacia la trabajadora por hablar con el Inspector de trabajo el día 10 de febrero.
CNT considera el despido improcendente, y denuncia que la empresa Ferroser ha tomado represalias contra ella, acusándola falsamente de que su rendimiento de trabajo ha bajado considerablemente, y declarando que el cliente (en este caso Renfe), no la quiere. Nosotros hemos comprobando a posteriori que Renfe no ha expresado, en ningún momento, descontento con respecto a la productividad de esta trabajadora.
Aunque sea una tradición en este país, está demostrado que el acoso laboral de superiores sobre empleados no es rentable para las empresas, porque no sólo se traduce en bajas laborales por ansiedad o depresiones en sus trabajadores, sino también en denuncias judiciales que repercuten visiblemente en los presupuestos de la empresa y dañan su imagen social corporativa, hoy por los suelos en el caso del AVE y sus numerosas subcontratas.
Los trabajadores y trabajadoras tenemos derecho a defender nuestros derechos ante el despotismo de los "superiores", y a que no se tomen medidas de represalia contra nosotros para obtener el silencio y la sumisión del resto de la plantilla. La ley contempla nuestro derecho a afiliarnos a sindicatos y organizarnos entre nosotros para defender la dignidad de nuestros trabajos; por eso es ilegal tomar represalias contra una trabajadora por ejercer ese derecho.
Exigimos la readmisión de Ana López a su puesto de trabajo, y el inicio inmediato de una negociación entre las partes para solucionar la situación de acoso laboral de los empleados y empleadas de Ferroser. Es inadmisible que se tomen medidas contra ella sólo por colaborar con la justicia en el esclarecimiento de los hechos denunciados, porque supone sin duda una presión sobre el resto de la plantilla, y porque es una medida, en definitiva, antidemocrática y absolutista
C.N.T.
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